jueves, 8 de diciembre de 2016




Qué difícil es morirse. Cinco razones para vivir…o no
1º ¿Y si mañana nos toca la primitiva y la jodemos dejando el premio para hacienda? Mejor pensamos en dejar este mundo cruel para después del sorteo.
2º ¿Y si finalmente Mari Puri, después de diez veces de rechazar ir al cine conmigo por agotamiento mental, se rindiera a mis encantos y tenacidad y aceptara este domingo ir conmigo? La duda me corroe.
3º ¿Y si se ve recompensado mi trabajo, mis horas extras sin cobrar, ser el último en salir del trabajo y finalmente, el director me recompensa ascendiéndome, de ayudante tercero (no hay cuarto) del vicedirector de archivos y decide subirme a ayudante segundo y  (lo más importante) permitiéndome comerme el tapper de la comida que traigo, sin tener que repartirla para ahorrar costes con el botones? La emoción me embarga de solo pensarlo.

4º ¿Y si finalmente, la dieta de verdura fresca y zumo de alcachofas, logra hacerme bajar después de arduos meses sin rastro de carne, de estos veinte kilos? Hay que valorar, estos doscientos gramos que conseguí eliminar en estos meses de dieta estricta. Yo creo que el aire que respiro también alimenta (eso no venía en el prospecto de este método de adelgazamiento)
5º Además, no estoy al corriente de los pagos de Santa Lucia y esta gente no se va con puñetas y lo mismo me tiran a la cuneta antes de llegar al cementerio. Decidido, pagaré primero las cuotas atrasadas, me repasaré el último boletín que me mandaron, hay una oferta interesante, por un módico incremento de precio en las cuotas, me aseguran quince plañideras profesionales que irán llorando y lamentándose a moco tendido hasta el nicho, con la a seguranza de que incrementaran sus lamentos si pasa alguien cerca para realzar mi entierro. Además de ofrecerme otras cosas en el paquete. Puedo elegir para el responso desde un monje tibetano hasta un coro de góspel (no me aseguran que todos sean negros pero si lo deseo, y un pequeño pago más, los pintan que de lejos ni se nota) y ya para terminar, me ofrecen también (con un ligero incremento en el precio) que a la salida del tanatorio, camino del cementerio, toque la filarmónica de Barcelona y me escolte la guardia municipal a caballo con traje de gala.
Demasiadas dudas ¿Cuál elijo, me las quedo todas aunque tenga que hacer horas extras hasta que pueda matarme?. Dudas, dudas ¡¡así no hay manera de suicidarse copón¡¡¡

3 comentarios:

aliba-va dijo...

Jajajajajaja yo que tú, hasta que Santa Lucía no te ofrezca regresar al más acá, si no te gusta el más hallá, ni me lo planteaba. Vaya con los seguros!! Siempre dejan sin cubrir lo más importante... 🤔😜

AMO dijo...

eso mismo pensaba yo, ademas, sale muy caro :))))

Anónimo dijo...

Madre mia, vaya texto, aunque siempre me gusta leer tus cuentos, con este me has echo pensar, voy a hablar con Santa Lucia a ver que me entra a mi,no sea que me dejen en la cuneta, jajajaja