Tan sencillo
enamorarse de ti,
Tan complicado
olvidarte.
Como una enredadera
sin tentáculos de vida, sin raíces.
Fue creciendo
sencillamente, como el sueño deseado.
No hay azada que lo
mate ni agua que le de vida,
Pero vive, alimentada
de sueños y recuerdos,
esos que no dominas.
Osados, juegan
contigo,
te traen y te llevan
a su voluntad.
Apareces y
desapareces sin que mis manos te toquen,
ni mis labios saboreen
el néctar de tu boca.
La decrepitud que
asoma en mi cuerpo, parece no afectar.
Yo cada día más
viejo, tu cada día más presente.