Amor
Nuestra historia no es nueva ni
reciente.
Nos encierra en barrotes de aire tan
fuertes, como el amor
qué los sustenta en el pensamiento.
¿Cuántas mujeres conocí ? Muchas.
¿Cuántas mujeres amé? Las suficientes
para saber también
de su sufrimiento.
Pues solo acaso la insensatez, o el
triste suicidio
de los sentimientos prematuros, nos
haga quedarnos
con el dulzor, que enmascara el
veneno placentero.
Necesito recordar el dolor. Ese dolor
que enmascara
Eso que es mas fuerte que los
vientos,
Mas fuerte que el dolor más profundo.
El amor.
No quiero morir de pena, tampoco
quiero morir de amor.
Lo conocí de muy joven. Ame como solo
se ama
tan tempranamente. Con locura, sin
miedo, sin que hubiera un mañana.
Química, ilusión pasajera,
encoñamiento…hasta que el, decide que lo conozcas.
Querrías olvidarlo, querrías no haberlo vivido.
Pero…que triste es no haberlo
conocido.
Sufres por el, lloras cuando llega de
felicidad más,
lagrimas, rabia y pena te acompañan
cuando se aburre de ti.
Nada da tanto en tan poco.
Nada nos da tanto dolor durante tanto
tiempo,
envuelto en el olor de su hermoso
veneno.