domingo, 20 de enero de 2013


Arrugas

Hoy, tengo unas cuantas arrugas pero…viví las noches y los días.
Pasaron los años dando un vuelco al calendario, sin aviso ni pausa pero…los disfrute y los sufrí con intensidad.
Día a día llorando las  penas, riendo cuando la vida te daba la espalda, persiguiendo en ocasiones quimeras, en otras, llegando donde nace el arco iris de las cosas más bellas.
Si queridos si, hoy me miro en el espejo y veo las arrugas creciendo en ese campo, arado día a día con surcos imperfectos forjados de victorias y derrotas, pero vividos ¡¡muy vividos¡¡
Hay días que recuerdo, miro hacia atrás y sonrío. Recuerdos de caras, algunas olvidadas, otras muy presentes que siembran con sus semillas esos surcos regados de experiencias.
Curiosos los recuerdos, son como muchachos traviesos que juegan entre los soportales de tu conciencia, pasean o corren, vuelan o se estrellan en tu interior abriendo viejas heridas. Inconstantes, rebeldes, se ríen de ti porque se saben reyes de ese momento, aparecen y desaparecen y tu…sonríes porque el tiempo y la experiencia te demostró que es así, es su momento.
Hoy tengo unas cuantas arrugas más en el corazón y cuando les protesto me dicen…pues no haberlas vivido y entonces me rio ante la evidencia. Ame, quise con locura a mujeres que llenaron ese corazón de sombras y gardenias, que me hicieron subir a lo más alto y en alguna ocasión, me dejaron caer. Vivir, vivir.
Hay arrugas en el recuerdo de gente a la que un día viste reír y otro, decidieron partir y dejar la vida en un rincón de la cuneta. En esos momentos, no hay brújula que guie, solo la soledad más extrema te acoge entre sus brazos lastimeros. Lloras con la rabia que te da esa perdida y te sientes solo, terriblemente solo y no sabes cómo salir.
Hay arrugas en la sonrisa…arrugas que hacen vivir, luchar, sentir cuando es el tiempo de espera y sentarte en el quicio del tiempo aunque este no pare de correr. Te sientes aún vivo, aun capaz de gritar al viento aunque nadie te escuche y…sonreír sin más, aprendes que no necesitas un motivo para ello mientras lo tengas para vivir.
Hay arrugas que te recuerdan esos momentos en que el alma y ese cuerpo necesitaron ese abrazo que solo el viento te dio pues, solo la tristeza mas profunda acogió ese lamento en silencio y volviste a sonreír. Con esa sonrisa forzada que nadie notara y eso, aun dolerá más.
Pero hay arrugas profundas q reclamaran su derecho a la vida, que te recordaran a gritos la belleza que viviste, que palpaste donde otros no llegaron y eso calmara el alma.
Hoy me miro en ese espejo, miro esas arrugas y sonrío, mereció la pena lo vivido.

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