Ella
Si hoy,
fuese capaz solo durante un instante, un solo instante de mostrarte con
palabras el palpito de mi corazón, ese momento que durante un instante es capaz
de sobresaltar mi sueño, de abrir mis ojos en la oscuridad de la noche, de
hacerme llegar los temores guardados en lo más recóndito de mi alma.
Si fuese
durante un instante capaz de explicarte porque llora un alma entre rincones de
felicidad pasada. Olas de un mar bravío de sentimientos encontrados. Como me gustaría
que vieras mis ojos plagados de arrugas, superpuestas una sobre las otras, cruzándose
la felicidad del recuerdo, con el arado sangrante de lágrimas secas que riegan
esos campos.
Si hoy fuese
capaz de explicarte con una sola palabra, mil manuscritos narrados a cada
segundo que pase contigo. Contemporizar el transcurso inmortal de un segundo
contigo, donde hasta el tiempo se detenía en el quicio para sonreír
y detenerse en su caminar para
disfrutarlo ¡¡Si fuese capaz!!
Zozobras
escondidas entre sonrisas de distancia, brindándole ese beso a la nostalgia, evocándola,
llamándola por tu nombre, porque tu nombre es el dueño de ese latido.
Si solo eso
pudiera, si solo eso pudiera…entenderías mi pena, entenderías porque al abrir
los ojos cada mañana, verías tu nombre escondido en sus pupilas.
Solo quizás
entonces, entenderías esta pena que arropa mi corazón que preñado de amor te
dice con pobres palabras…te quiero.
Ella (epilogo)
El tiempo se
impacienta y tira de mi pelo mientras, el viento barre con premura las lágrimas
que nacieron para sentirse únicas.
El tiempo
del escrito se acaba dejando paso al pasado presente que un día, dejara de ser
futuro. Con suerte, el tiempo rendirá pleitesía a la tozudez de esta alma
atormentada. Quizás, con suerte tenga benevolencia y le dé el descanso del rendido, que hincó
rodilla rindiendo sus pobres armas de carton piedra, que así, es como queda un
corazón que perdió el último tren de su felicidad. Porque si acaso es mentira
pasajera, más cierto es que para él, ya no hay batalla ganada, ni recompensa,
ya solo hay vacío que no se llena.
Más…¿Para qué
mentirnos? Solo acaso la muerte y aun así lo dudo, deja la esperanza efímera como la luz de una vela en medio de
la tormenta. Tremula, luchando por
sobrevivir en un mundo de realidades difusas, de esperanzas baldías.
La
esperanza, daga afilada, aliada odiada del sueño. Aquella que nos reconforta
como dulce veneno ante la espera de ese Sol que ilumine nuestro próximo mañana.
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